El Ara Pacis en el Campo Marcio
La construcción del ara, por decisión del mismo Augusto, tuvo lugar en el Campo Marcio septentrional, en la zona cerca de la frontera sagrada de la ciudad (pomerium) donde quince años antes Octaviano quiso edificar su mausoleo, la tumba dinástica, y en ese mismo enclave se empezaba, contemporaneamente el Ara Pacis, la construcción de un gran reloj solar que había heredado el nombre de Augusto: el Horologium o Solarium Augusti.
El griego Strabone relata con admiración el crecimiento de la Roma Augustea, que en aquellos años se iba extendiendo entre la Vía Lata (actual vía del Corso) y el amplio meandro del Tiber. Tras describir la verde llanura, la fresca sombra de los bosques sagrados, los pórticos, los circos, los gimnasios, los teatros y los templios que allí se habían edificado, Strabone empieza a narrar la sagralidad del Campo Marcio septentrional, marcada por la presencia del mausoleo y del ustrinum, en el que durante el año 14 d. C. se cremaron los restos mortales del príncipe. Entre el mausoleo y el ustrinum se hallaba el bosque sagrado. Hacia el sureste, a unos 300 metros del mausoleo, se erguían el Horologium y el Ara Pacis (aunque, en realidad, Strabone no nos les describe) que delimitaban el área del campo a la que Augusto confió su memoria.
El asentamiento urbanístico-ideológico del Campo Marcio septentrional tuvo vida breve y en pocas décadas la integridad del Horologium quedó maltrecha. El caudal del Tíber aumentó y hubo muchas inundaciones, razón por la que se decidió de proteger el Ara Pacis con un muro, que no resultó muy efectivo: el destino del Ara Pacis parecía decidido y su olvido irreversible.
Durante más de un milenio el silencio envolvió el Ara Pacis y hasta se perdió la memoria del monumento.